👉🏻👉🏻 Las ensaladas son la mejor opción para cubrir la ingesta diaria de verduras y acompañar cualquier plato. Hidratan, mejoran la digestión, regulan la función intestinal, aportan pocas calorías y cuidan el corazón. Por eso, están tan presentes en nuestra dieta. ✅ Si quieres saber más de esta y otras especies habituales de la huerta familiar y urbana, te invitamos a sumarte a la próxima edición de nuestros cursos a distancia sobre Huerta Urbana y sobre Control de Plagas y Enfermedades en la Huerta: >> www.agroconsultoraplus.com/curso-huerta-urbana >> www.agroconsultoraplus.com/curso-plagas-huerta/
Las ensaladas son la mejor opción para cubrir la ingesta diaria de verduras y acompañar cualquier plato. Hidratan, mejoran la digestión, regulan la función intestinal, aportan pocas calorías y cuidan el corazón. Por eso, están tan presentes en nuestra dieta.
Dentro de las verduras que no faltan en mi ensalada, se destaca el repollo (Brassica oleracea var. capitata), una planta de la familia de las Crucíferas, cuyas hojas forman un característico cogollo compacto.
Adoro su sabor y textura crocante cuando las corto bien finitas pero, además, me entusiasman los compuestos de azufre antioxidantes que aportan y que ayudan a prevenir enfermedades.
Esta hortaliza está compuesta mayoritariamente de agua y muy ricas en minerales: el potasio, calcio, magnesio que poseen, cuidan el sistema nervioso y óseo, así como colaboran en mantener el equilibrio del agua dentro y fuera de la célula. Los hidratos de carbono y fibra que aportan favorecen el funcionamiento del intestino y la salud de los dientes o de los huesos.
Los profesionales de la salud recomiendan comer el repollo crudo ya que es una buena fuente de vitamina A, vitamina C, de acción antioxidante, y folatos que intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos y que se pierden cuando se cocina.
El cultivo comienza con la siembra de semillas en almácigo protegido o no, según el clima. Cuando las plantas hayan dado 4 ó 5 hojas verdaderas, se trasplantan a campo. Si este trabajo se hace en forma escalonada, se puede tener repollo durante todo el año.
El terreno donde haremos el trasplante debe estar limpio y bien preparado y húmedo, con una buena capa de compost aplicada con al menos 30 días de anticipación.
Las plantitas se colocan separadas entre si a 30 cm. y a 60 cm. de distancia entre surcos.
Es importante que la tierra se mantenga siempre húmeda, pero sin producir charcos. El riego por goteo es lo más adecuado. Hay que continuar regando los repollos hasta que las plantas presenten cuatro o cinco hojas. En ese momento, se deja de regar para evitar que las cabezas de repollo se separen.
Las variedades de repollos pueden clasificarse en tempranas y tardías. Las primeras, en 80 días aproximadamente, producen cabezas pequeñas destinados al consumo inmediato ya que no resisten el almacenamiento. Las segundas, que maduran a los 100-180 días, producen cabezas de mayor tamaño y se destinan a la provisión invernal.
Para detectar cuándo están listas para ser recolectadas, se aprietan las cabezas con la cuando éstas alcancen unos 25 cm. Si la cabeza es sólida y firme, significa que el repollo está listo para cosecharse. De lo contario, quiere decir que necesita de más tiempo para madurar.
Cosechar las cabezas maduras utilizando un cuchillo afilado para cortarlas de los tallos. Luego, almacenarlas a la sombra o dentro de una cámara fría hasta su distribución o consumo.
El repollo se disfruta cocido, encurtido o crudo. También se puede congelar tras escaldarlo previamente e incluso preparar chucrut que es un delicioso condimento o acompañamiento.
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