Frutas finas: rentabilidad en pequeñas superficies

Por Anabel De Souza Benítez. Ingeniera Agrónoma – Facultad de Agronomía; Universidad de la República Oriental del Uruguay, 1997. Es administradora y asesora de la Empresa Kelodil S.A, especializada en la producción y comercialización de arándanos y moras que se exportan hacia la UE desde hace 8 años. Recibió formación y entrenamiento específico en Cooperativas de Italia y México para la producción de Frutas Finas. Es conferencista invitada en Seminarios y Congresos relacionados con la calidad, inocuidad, producción y comercialización de frutas finas, en Uruguay, Argentina y Brasil.  (Ver VideoConferencia Gratuita sobre Moras y Arándanos aquí >)

Dentro de lo que se conoce como “frutas finas” se encuentra un conjunto de especies de reducido tamaño que pueden diferenciarse en dos subgrupos:

•  Los berries, de sabores acidulados y muy perecederas:  Arándano o blueberry (Vaccinium corymbosum); Frambuesa roja o raspberry (Rubus idaeus); Moras y Zarzamoras arbustivas  (híbridos del género Rubus); Grosellas o gooseberry:  Grosella Espinosa o Uva Espina (Ribes grossularia), Grosella Negra o Cassis (Ribes nigrum) y Grosella Roja o Corinto o Zarzaparrilla (Ribes rubrum) y frutilla o strawberry (Fragaria ananassa e híbridos).
• Los cherries, frutos menores de las frutas de carozo: Cereza (Prunus avium) y Guinda (Prunus cerasus)

Los berries, comúnmente llamados “frutos del bosque”, se encuentran dentro de los productos más dinámicos del comercio alimentario mundial de los últimos 15 años ya que poseen propiedades benéficas para la salud: son ricos en vitaminas C y E,  carbohidratos, fibras, azúcares y antioxidantes, aspectos muy buscados por el consumidor actual.

Las especies de mayor relevancia económica son el arándano, la frambuesa, las moras y la frutilla.  Se trata de producciones intensivas en mano de obra y capital, que generan alta rentabilidad en pequeñas superficies y son movilizadoras de las economías locales y regionales, por las variadas posibilidades de industrialización que ofrecen pero que, al mismo tiempo, exigen mejorar la productividad y la tecnificación de la producción.

La delicadeza necesaria en el manejo de estas frutas impone requerimientos muy específicos en la post-cosecha y el transporte.  Particularmente, las moras y los arándanos presentan una interesante demanda permitiendo ampliar el mercado de las frutas finas y acceder a mercados más exigentes y mejor pagos.

Son asimismo, producciones complementarias porque permiten usar estructuras no utilizadas o recicladas de otras producciones. Por ejemplo, espalderas de viñedos.

Un planteo mixto de moras y arándanos permite hacer un uso más eficiente de los recursos fijos como por ejemplo la cámara de frío ya que las moras y arándanos se cosechan en épocas diferentes.

Fotos libres: Photl.com

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