La Diabetes es una enfermedad crónica originada cuando el páncreas no produce la cantidad suficiente de insulina o bien cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce.
La insulina es una hormona que regula el azúcar en la sangre (glucosa) y es necesaria para mover el azúcar hasta las células donde se almacena y se utiliza como fuente de energía.
En la Diabetes, los adipocitos, hepatocitos y células musculares no responden de manera correcta a la insulina (presentan resistencia a ella), entonces el azúcar no puede ingresar a estas células y se va acumulando en altos niveles en la sangre produciendo lo que se conoce como hiperglucemia que, con el tiempo, daña gravemente el corazón, los vasos sanguíneos, ojos, riñones y nervios.
La Diabetes tipo 2, de inicio tardío o no insulino-dependiente es la más común de todos los tipos de diabetes que existen.
1 de cada 11 personas en el mundo padece Diabetes, constituyéndose en una de las pandemias más extendidas de la historia de la humanidad.
La Diabetes de tipo 2 ocurre generalmente en personas mayores de 40 años, con sobrepeso y con antecedentes familiares. Sin embargo, está aumentando su preeminencia en personas más jóvenes, en particular, adolescentes.
1 de cada 10 personas en el mundo es obesa y 1 de cada 3 presenta sobrepeso. En esas personas aumentan las probabilidades de padecer Diabetes tipo 2.
Además de lo mencionado, influyen otros factores en la aparición de la enfermedad como la alimentación poco saludable y la falta de actividad física.
La Diabetes tipo 2 se desarrolla lentamente. Las personas que la padecen, generalmente no presentan síntoma alguno al principio y es posible que se mantengan así durante muchos años.
Con el tiempo, aparecen los síntomas iniciales: infección en la vejiga, en el riñón o en la piel, fatiga, aumento del apetito y de la sed, aumento de la necesidad de orinar, visión borrosa, disfunción eréctil, dolor o entumecimiento en los pies o las manos.
La mayoría de las personas con esta enfermedad presenta sobrepeso u obesidad al momento del diagnóstico. El aumento de la grasa dificulta al cuerpo el uso de la insulina de la manera correcta aunque la Diabetes tipo 2 puede presentarse también en personas delgadas, por ejemplo, los ancianos.
Mejorando el estilo de vida con algunas medidas simples podemos prevenir la Diabetes de tipo 2 o retrasar su aparición:
Dejando en claro que nunca se deben abandonar los medicamentos prescritos por un médico, es posible ayudar a mejorar la calidad de vida de un paciente con diabetes con la fitoterapia, como tratamiento complementario.
En las siguientes placas, presentamos cómo hacerlo:
Antes de usar, agitar bien.
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