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Bioinsumos Agrícolas y sus implicancias en la Agricultura Sustentable en Argentina

Victor Raúl SomozaPor Ing. Agr. Víctor Raúl Somoza Sánchez (Universidad Agraria de La Habana, Cuba, 1992). MSc. in Physical Land Resources, (Universidad de Gante, Bélgica, 2001). Tutor de cursos a distancia de ACP.

Se estima que para el año 2050 la población mundial se acercará a los 9.700 millones de habitantes (FAO, 2009). Según esta proyección, la agricultura seguirá jugando un papel fundamental en el reto de producir más alimentos para atender esa demanda. Ello significa más presión sobre la producción agrícola, con el consecuente el uso de productos fitosanitarios que, si se usan mal, provocan daños al medio ambiente, la salud humana y los sistemas productivos en general.

Para contrarrestar esta difícil situación, grupos de trabajo de investigadores, extensionistas, productores y otros, evalúan cómo aumentar los rendimientos agrícolas, mejorar la calidad e inocuidad de los productos y al mismo tiempo ser amigable con el medio ambiente. Como resultado, la investigación científica ha permitido generar productos en base a recursos naturales con alto potencial de uso agrícola conocidos como bioinsumos.

Bioinsumos Agrícolas y sus implicancias en la Agricultura Sustentable en Argentina

En términos de sustentabilidad y productividad, su adopción y uso eficaz en la agricultura cobra una importancia primordial. Es por ello que se debe poner foco en las medidas y controles para su implementación.

En varios países de la región se evidencia un notable interés en producir con bases sustentables, principalmente las concernientes a la disminución en el uso de fertilizantes químicos y plaguicidas.

Resulta imperioso, entonces, realizar evaluaciones y controles del tipo y calidad de –por ejemplo- los inoculantes biológicos que se utilizan con fines agrícolas para todos los casos y condiciones. Además, es prioritario minimizar la introducción de microorganismos foráneos, por ende, es esencial investigar la efectividad de los microorganismos autóctonos en las situaciones particulares de la región en la que se implementa.

Cada país conforma y organiza los organismos públicos y privados, asociaciones, cámaras, entre otros, que regula y establece los lineamientos y protocolos para el uso y comercialización de los bioinsumos.

En nuestra región se le ha puesto el foco a la difusión y asesoría en el uso de los mismos. Sumando pasos positivos en ese sentido, la Resolución 7/2013 de la Secretaria de Agricultura de la Nación instituyó el Comité Asesor en Bioinsumos de Uso Agropecuario (CABUA), un órgano asesor intersectorial que cumple funciones de gestión y concertación, atendiendo y formulando propuestas sobre los aspectos de relevancia para este sector. Está integrado por MINAGRO, INTA, SENASA, MAyDS, IICA, CONICET y diferentes universidades, así como también organizaciones y organismos como AACREA, AAPRESID, AAM, ASA, CAB, CIAFA, CASAFE, CEPAVE, FEDENAR, FAB, FUEDEI, MAPO, CABIO, entre otros.

Para un adecuado uso y manejo, se sugiere que el uso y aplicación de los bioinsumos tengan como premisa la práctica basada en el conocimiento y que estén supeditados a las normas. En este sentido, el presidente de la Cámara Argentina de Bioinsumos (CABIO) Roberto Rapela, enfatizó en “la necesidad de difundir las bondades de los bioinsumos”, al tiempo que requirió que organismos oficiales como el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) “presten atención al tema y los traten de forma separada de los productos fitosanitarios, con protocolos específicos y que se incluyan en la legislación que regula la producción agropecuaria”.

En el extenso y complejo proceso de la obtención, comercialización y aplicación eficiente de un bioinsumo de calidad se involucran diversos especialistas. Entre ellos se encuentran ingenieros agrónomos, bioingenieros, microbiólogos, fisiólogos vegetales y los agricultores/productores como usuarios finales del producto.
Todo este proceso debe estar sujeto a un lenguaje común que facilite una clara definición de los bioinsumos en el entorno de las Buenas Prácticas Agrícolas dado que la gran diversidad que existe -y que continuará ampliándose-, predispone a que exista cierta confusión en su identificación o clasificación.

En la I Jornada Nacional de Bioinsumos, “Hacia Una Agricultura Sustentable” (Córdoba, 2018), Roberto Rapela resaltó “el uso de Bioinsumos en el marco de una producción sustentable” y remarcó “la necesidad de una legislación actualizada para estos insumos”. Además, destacó que, como consecuencia de lo anterior, “hoy debemos inscribir Biocontroladores como Biofertilizantes; ello lleva a proceso de error en la comunicación que dificulta la comercialización en el mercado interno y no permite su exportación”.

En Argentina, el uso de bioinsumos consolida el empleo de estrategias orientadas a proponer un mercado más variado en cuanto a calidad y cantidad.

Parte de los representantes del CABUA, también nucleados en una cámara empresaria con base en el Movimiento Argentino Para la Producción Orgánica (http://www.mapo.org.ar/), abogan por el uso de productos de origen natural (por ejemplo, bioplaguicidas de origen botánico, como el aceite de Neem, o de origen microbiano como Bacillus thuringiensis‚ granulovirus‚ etc.) como base esencial y única.

Dentro de este marco, son indispensables más investigaciones que validen la efectividad en el uso de los bioinsumos, estadísticas fehacientes, conflictos y principales problemáticas al aplicarlos en diferentes superficies agrícolas. La falta de investigaciones y resultados con valoraciones en pro y en contra es otra de las dificultades que restringen la expansión del uso de estas interesantes e innovadoras herramientas biotecnológicas.

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