Por la Ing. Diana María Arteaga González. Ingeniera de Alimentos de la Corporación Universitaria Lasallista, Antioquia, Colombia (1990). Diplomada en Docencia Virtual por Competencias Laborales. Diplomada en Actuación y Mediación en Ambientes Virtuales de Aprendizaje. (Ver curso a distancia sobre Elaboración de Conservas aquí >) (Ver curso a distancia sobre Alimentos Funcionales aquí >)
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En la sociedad actual, la aparición de un gran número de enfermedades no hereditarias —obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, osteoporosis y dentales— están relacionadas con los desequilibrios y desajustes alimentarios.
Los expertos recomiendan seguir una dieta sana, variada y equilibrada para prevenir esas enfermedades y gozar de buena salud. Por eso, cada vez es más necesario conocer a fondo la relación entre dieta y salud.
Estas enfermedades son prevenibles y las intervenciones tempranas sobre las mismas favorecen la longevidad.
A medida que aumentan las investigaciones, se van confirmando los efectos benéficos sobre la salud de los diferentes alimentos y los compuestos bioactivos que contienen.
De allí surge el concepto de alimentos funcionales, aquellos capaces de promover la salud más allá de su capacidad de nutrir. Se incluyen los alimentos naturales con compuestos bioactivos, a los que se les elimina un componente indeseable y los alimentos fortificados, entre otros.
Para ser considerados dentro de esta categoría, los alimentos deben:
En esta presentación interactiva repasamos cuáles son los alimentos funcionales y cómo influyen en la salud.
Pueden formar parte de la dieta de cualquier persona pero, hoy en día, se está transitando el camino desde alimentos funcionales “buenos para todos” hacia alimentos “óptimos para subgrupos poblacionales con requisitos específicos”, como los niños, embarazadas, estados carenciales, intolerancias a determinados alimentos, colectivos con riesgos de determinadas enfermedades (cardiovasculares, gastrointestinales, osteoporosis, diabetes, etc.) y personas mayores.
Entre los ejemplos de alimentos funcionales podemos mencionar los que están enriquecidos con vitaminas y minerales, como los cereales o los lácteos. Otros, tienen modificado algunos de sus componentes, como los ácidos grasos, la fibra o su contenido en ácidos grasos omega 3.
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