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Fitoterapia: cómo mejorar tu salud con plantas medicinales

Por Hugo Golberg. Médico graduado en la Universidad de Buenos Aires (1969). Matrícula Nacional 35674. Especialista en Clínica Médica. Ex-Vicepresidente de la Asociación Argentina de Fitomedicina. Miembro de la Sociedad Argentina de Medicina Antropológica. Tutor de Cursos a Distancia ACP (Ver curso a distancia sobre Fitoterapia aquí > | Ver curso a distancia sobre Aceites Esenciales y Aromaterapia aquí >)

La medicina tradicional, basada en el uso de las plantas medicinales y otras técnicas que datan de milenios de antigüedad, es una parte importante y con frecuencia subestimada de los servicios de salud de todo el mundo.

En la Conferencia Internacional sobre Medicina Tradicional para los Países de Asia Sudoriental, celebrada en febrero de 2013, la Directora General de la OMS, Dra. Margaret Chan, declaró que “las medicinas tradicionales de calidad, seguridad y eficacia comprobada contribuyen a asegurar el acceso de todas las personas a la atención de salud.

«Para millones de personas, los tratamientos a base de hierbas y prácticas de las medicinas tradicionales representan la principal fuente de atención sanitaria, y a veces la única. Esta forma de atención está próxima a sus hogares, es accesible y asequible. Además, es culturalmente aceptada y en ella confían muchísimas personas.

«La asequibilidad de la mayor parte de las medicinas tradicionales las hace más atractivas en el contexto del vertiginoso encarecimiento de la atención de salud y de la austeridad casi universal. La medicina tradicional se destaca también como un medio para afrontar el incesante aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles.”, concluye la titular de la organización mundial.

En muchos países en desarrollo, la sabiduría y destrezas de la medicina tradicional se transmiten oralmente de generación en generación, lo que dificulta la identificación de prácticos calificados así como la estimación de los riesgos que encierra el mal uso de productos fitoterápicos y la autoatención.

Por eso, la OMS, en su documento Estrategia para 2014-2023, previene acerca de estos riesgos que reflejamos en la siguiente tabla:

Según la OMS el 80% de la población mundial depende de las plantas medicinales para el cuidado de su salud. Por ello, el uso racional de estos recursos vegetales está llamado a jugar un papel importante en las próximas décadas.

Tanto es así que esta institución rectora de la salud está realizando campañas para incentivar el uso de plantas medicinales como alternativa al tratamiento de gran cantidad de dolencias. Algunas de las razones del retorno progresivo a los tratamientos de origen natural se detallan a continuación:

El mercado mundial se encuentra muy concentrado. Solo 5 países concentran el 61% del total de importaciones mundiales.

El acceso a medicamentos e insumos estratégicos son parte esencial del derecho a la salud, un derecho fundamental de todo ser humano y requisito esencial que debe ser garantizado por los Gobiernos. Sin embargo, amplios grupos poblacionales en el mundo aún enfrentan un limitado acceso a los mismos. Debido a ello, es mucho lo que se trabaja en todo el mundo para incrementar el uso de las plantas medicinales para mejorar la salud.

Veamos algunos ejemplos:

Organismos como la ESCOP (Cooperativa Europea Científica en Fitoterapia) y la Comisión Alemana de la EMEA (Agencia Europea de Medicamentos), realizan investigaciones y publican frecuentemente monografías de plantas medicinales con probadas acciones terapéuticas.
En Brasil desde el año 2006 existe un programa nacional de plantas medicinales y fitoterápicos.
En Chile, el Ministerio de Salud Pública declaró recientemente que 103 plantas medicinales de uso popular pasaron a la categoría de fitomedicamentos.
El Grupo Técnico de Acceso Universal a Medicamentos del Consejo de Salud Suramericano (UNASUR), el 27 abril de 2010, incorporó a la Fitoterapia como Sección del de su Plan Quinquenal 2010-2015. Los miembros del Consejo acordaron una Política Suramericana de medicamentos para que los países miembros encaren acciones en cuanto al mejoramiento del acceso universal a medicamentos. Su eje principal contempla que recomienden la utilización de plantas medicinales y medicamentos fitoterápicos en el proceso de la atención a la salud respetando y salvaguardando los conocimientos tradicionales y la biodiversidad existente en los países.

El estudio de las plantas medicinales ha evolucionado hacia la fitomedicina, en especial hacia la fitofarmacología, aplicando los principios científicos para asegurar la calidad, eficacia y seguridad, contrarrestando el abuso y los gastos millonarios que demanda el consumo de los productos farmacéuticos denominados de patente.

En síntesis, la Fitoterapia es cada vez más demandada para contribuir al tratamiento de los problemas de salud más comunes. El desarrollo científico y las tecnologías innovadoras permiten que los productos naturales alcancen mayores concentraciones de principios activos y, por tanto, resulten una mejora de la calidad y la eficacia.

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